¿Repetir la hazaña? No estoy segura
Has alcanzado el punto y final. Has terminado tu ✨gran obra✨ ¿Ahora qué?
¿Sabes cuando estás tranquilamente jugando a la consola, haces algo impresionante y te sale una notificación en la esquina superior derecha de la pantalla?
“Has ganado un trofeo”, reza el globito de texto acompañado del dibujo de una copa plateada o dorada. Luego revisas el logro y te das cuenta de que es algo que solo podías haber conseguido en ese momento y en ese lugar. Que si quisieras volver a atrás para conseguir el trofeo en otro momento sería imposible a menos que iniciaras el juego desde el principio.
Algo así sentí yo cuando terminé de escribir Portales en la niebla. O más bien cuando lo vi impreso y en mis manos por primera vez.
Hace unas semanas (a saber cuántas hasta que publique esto),
hablaba de “el miedo de no volver a ser capaz”. Creo que ese miedo es algo universal en cualquier autora, en especial si es primeriza. Por eso me gustaría compartir parte de mi experiencia, por si tú también estás pasando por lo mismo y para que te des cuenta de que nos pasa a la mayoría.He puesto de ejemplo Portales en la niebla porque en el momento en el que terminé el primer borrador la consideraba ✨mi gran obra✨ hasta la fecha. Y sí, en aquel momento tal vez lo fuera, pero ya había experimentado una sensación similar antes:
Cuando terminé de escribir mi primer fanfic (diez capitulitos de tres folios manuscritos tenía).
Del que escribí una segunda parte y comencé una tercera que quedó inconclusa.
Cuando terminé de escribir mi primer relato original.
Al que le siguieron muchos otros.
Cuando dibujé y publiqué los dos primeros capítulos de un cómic en un blog…
Cuya idea acabó germinando en algo mucho más complejo.
Cuando dibujé mi primera mano aceptable después de pasarme un verano esbozando decenas de ellas a diario.
A la que siguieron algunas más.
Cuando terminé de escribir otro fanfic, mucho más complejo, de veinticinco capítulos más epílogo y que actualmente tiene más de 76.1K de lecturas en Wattpad…
Y que fue el empujón que necesité para lanzarme a reescribir una historia manuscrita que había guardado en un cajón al finalizar la ESO.
Como puedes comprobar, fueron muchas las veces en las que pensé que no podría repetir la hazaña. Déjame decirte que, en términos de escritura, no solo pueden repetirse, sino que cada vez lo harás mejor, porque cada página escrita es un aprendizaje.
Con Portales en la niebla aprendí de más de cuatrocientas páginas. Aprendí de cosas que hice bien y que hice mal. Todas ellas me ayudaron a tener listo el borrador de mi segundo proyecto en un mes.
No voy a engañarte, mientras escribía muchas veces me llevaban los demonios.
“¿Son los personajes carismáticos?, ¿se parecen mucho a los de Portales?, ¿estoy reciclando ideas?, ¿avanza todo muy rápido?, ¿es el ritmo adecuado?, ¿se entiende lo que quiero contar?, ¿comprenderán las lectoras lo que acurre?, ¿será esta historia mejor que la anterior?” Y la más lacerante: “¿lograré escribir el final del tercer libro?”.
Porque sí, amiga, Proyecto Esmeralda es una trilogía. Y sí, ya te adelanto que el borrador del tercer libro está ready para revisar y operar.
Yo no sé si la historia de Esmeralda gustará más o menos. No sé si los personajes son mejores o peores, porque valoro a todas mis niñas por igual (a pesar de tener favoritas, obvio). Lo que sí sé es que ambas partes tienen potencial y me han atrapado durante los casi cinco años que llevo trabajando en ese mundo, ¡así que algo deben tener!
Creo que lo que quiero decir con todo esto es que te relajes. Lo primero que logres terminar no será lo último ni lo mejor. Eres escritora. Te gusta escribir y lo harás un montón.
Qué necesarias estas palabras para tomar distancia y entender que no es una carrera, sino una escuela 🙏🏻❤️
Y así es, aunque el miedo es jodido y los síndromes de la impostora (varios) son unos cabrones con muchos recursos!
Sea como sea, avanzamos, lo logramos y seguiremos haciendo lo que nos gusta con más o menos ritmo!